Afirma el Dr. Rubén Sarralde que “no es necesario irse hasta Transilvania para toparse con un vampiro
emocional. Basta con fijarse un poco en las personas que le rodean para
reconocer a alguno de ellos. No le chuparán la sangre pero, en muchas
ocasiones, llegarán a hacerle la vida imposible.” - Gimeno Lahoz, Ramón (2004).
Y es que quien no se ha relacionado alguna vez (¡o lo
sigue haciendo incluso ahora!) con personas que con sus palabras o comentarios
nos desvalorizan, hacen que nos sintamos agredidos gratuitamente o nos provocan
emociones negativas y nos dejan con la sensación de haber estado en un agujero
negro: dejándonos sin energía y con mala sensación en el cuerpo!
Según la experta en lenguaje
corporal y personas tóxicas Lillian Glass (2010) la raíz de toda relación tóxica
son los celos: la envidia, el descontento con uno mismo, los sentimientos de
insuficiencia y la falta de seguridad de algunas personas, provoca que hagan de
las ansias de posesión, la manipulación en base a mentiras –que en caso de ser
descubiertas dirán que eran “bromas” o que estamos exagerando- y la incapacidad
para asumir los errores y pedir perdón, su forma de vida!
Personas tóxicas que según esta
autora ha clasificado en 11 tipos diferentes: el competidor celoso, el volcán
pasivo – agresivo, el sabelotodo arrogante y presuntuoso, el mentiroso
seductor, manipulador e infiel, el obseso del control, furioso y déspota, el
metomentodo cizañero y traidor, la víctima autodestructiva, el espantapájaros
débil y sin iniciativa, el narcisista egocéntrico, el congelador emocional, y
el sociópata.
Independientemente de si somos
conscientes o no, el cuerpo refleja cómo nos sentimos interiormente
(angustiados, incómodos, alegres…) a través del lenguaje corporal y facial, por
lo que prestar atención a las sensaciones no verbales que las personas con las
que nos relacionamos nos transmiten, y ubicarlas en un contexto para darles un
significado más apropiado, no resulta tremendamente útil para identificar
cuando una relación se está volviendo tóxica.
Para ello en primer lugar debes confiar
en tu instinto, es decir, tu cerebro límbico (o cerebro de las
emociones) pues
las emociones que transmite siempre son correctas en lo que respecta a lo que
sientes hacia alguien –Glass, L. (2010, p. 142).
En segundo lugar, te dejo a
continuación un listado de gestos a los que deberías prestar atención y sobre
los que deberías indagar en cuanto los veas aparecer, pues podrían ser indicios
de incongruencia y ayudarte a identificar una persona tóxica:
- ¿Qué hace con las manos? ¿Tiene los puños apretados? –posiblemente señal de furia- o tiene las palmas de las manos abiertas y mirando hacia arriba –signo de honestidad.
- Cuando le haces una pregunta, varía su expresión facial de forma notoria y cambia de tema
- Rompe el contacto visual constantemente para mirar otra persona o cosa.
- Se aparta de ti cuando tu intentas acercarte.
- Tiene sus pies apuntando en otra dirección que no es la tuya.
- Traga saliva –algo lo ha incomodado o la situación se le está haciendo difícil. ¡Es hora de seguir investigando!.
- Se balancea hacia adelante y hacia atrás –nervios o ganas de irse.
Puede que aún no estés convencida
o tengas dudas, pero es importante que confíes en tu instinto, mucho más si se
trata de iniciar una relación personal donde los sentimientos y emociones tienen
un papel esencial y es tu bienestar el que está en juego, pues lo último que
querrás es recordar el día en que os conocisteis y preguntarte por qué no
hiciste caso a lo que sentiste –Glass, L. (2010).
Si tus sospechas se confirman, ya
sea esa persona tóxica tu pareja, tu padre, un compañero de trabajo, tu
hermano, tu vecino o tu jefe, hay algunas técnicas que te ayudarán a manejar
esa relación disfuncional, pasar página y asimilar mejor esta experiencia.
Técnicas que funcionan aún cuando y habiendo terminado con la relación, dicha persona
siga presente en tus pensamientos:
La técnica de la respiración o
liberación de tensión –Glass (2010, p. 220)- que deberás repetir tres o más
veces, hasta que expulses a esa persona tóxica de tu mente:
- Primero coge aire por la boca durante unos segundos.
- Piensa en el hombre tóxico lo que te ha dicho o hecho mientras retienes el aire durante unos segundos.
- Sigue pensando en él a la vez que lo liberas, sacándolo de tu mente y tu sistema mientras vas soltando el aire de forma suave, continua y lenta. Después mantente dos segundos más sin respirar.
Y la técnica del cambio de
pensamiento –Glass (2010, p. 223)- que deberás usar cuando el recuerdo de
esa relación tóxica venga a tu mente.
Primero debes hacerte una lista
de aquellas cosas buenas que hayan pasado en tu vida o por las que te sientes
agradecido. Puedes pensar en alguna persona que haya sido buena contigo y que
te haya apoyado, o alguien con quien te identificas y a quién quisieras imitar.
Esa lista deberás tenerla siempre a mano, pues es importante que puedas
consultarla en cualquier momento!
En cuanto el pensamiento o
recuerdo tóxico acuda a tu mente, debes gritar: ¡Cambio! Y modificar ese
pensamiento negativo por algún pensamiento o experiencia que hayas anotado en
la lista. ¡Puedes leerla entera y tomarte un segundo para visualizar cada
situación en tu mente y así tenerla más presente!.
Finalmente, no debemos olvidar
que contrariamente a todo cuanto nos han dicho e inculcado de pequeños, “la verdad es que no vas a querer a todo el
mundo, ni tampoco todo el mundo te va a querer a ti. Habrá personas para las
que tu personalidad sea tóxica, igual que hay personas que son tóxicas para ti”
(Glass, L. (2010, p. 142), y en eso también tendrá mucho que ver qué es
importante para ti en una relación y cuáles son tus mínimos, es decir, cuán y
qué estás dispuesto a tolerar.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS:
Claves para enfrentar a la gente tóxica. (s.f.). Recuperado el 14
de abril de 2014, de http://www.acosolaboral.org.uy/articulos/clavesParaEnfrentarGenteToxica.php
Gimeno Lahoz, Ramón (2004): La
presión laboral tendenciosa (Mobbing). Dirigida por Dr. Eduardo Rojo Torrecilla. Tesis
doctoral. Universidad de Gerona. Departamento de Derecho Privado.
Glass, Lillian (2010) Hombres tóxicos. Diez maneras de
identificar, tratar y recuperarse de los hombres que te hacen la vida
imposible. Paidós : Barcelona.
Stamateas, Bernardo (2012). Gente tóxica. Cómo tratar con las personas que te complican la vida. Ediciones B : Barcelona.
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