martes, 4 de junio de 2019

THERESA MAY CON ALGUNAS PENAS DE MÁS

Las señales faciales lentas representan cambios en la apariencia de la cara que ocurren gradualmente con el tiempo, como el desarrollo de arrugas permanentes y cambios en la textura de la piel. 

Las arrugas mímicas son los efectos visibles en la el rostro, cuyas causas son el movimiento y la expresión facial repetidos combinados con la pérdida de elasticidad de la piel.

Atendiendo a lo anterior, entenderemos que en nuestra cara se formarán algunas arrugas producidas por estados emocionales intensos, frecuentes o con cierto grado de cronicidad.

Además de todo esto, algo que se ha mencionado en varias ocasiones en este blog: la asimetría facial, como producto de estados de estrés (cognitivo y/o emocional). PINCHA AQUÍ para una explicación rápida sobre asimetría facial.

Dicho esto, echadle una mirada al rostro de Theresa May.
El rostro comunica siempre.


Por cierto, en las dos fotografías, Donald Trump estaba a su derecha . 



BIBLIOGRAFÍA:

Ekman, P., & Friesen, W. V. (1976). Measuring facial movement. Environmental psychology and nonverbal behavior1(1), 56-75.

Ekman, P., & Friesen, W. V. (2003). Unmasking the face: A guide to recognizing emotions from facial clues. Ishk.

Gangestad, S. W., Thornhill, R., & Yeo, R. A. (1994). Facial attractiveness, developmental stability, and fluctuating asymmetryEthology and Sociobiology15(2), 73-85.

Hillebrand, G. G., Liang, Z., Yan, X., & Yoshii, T. (2010). New wrinkles on wrinkling: an 8‐year longitudinal study on the progression of expression lines into persistent wrinkles. British Journal of Dermatology162(6), 1233-1241.

Lemperle, G., Holmes, R. E., Cohen, S. R., & Lemperle, S. M. (2001). A classification of facial wrinkles. Plastic and reconstructive surgery108(6), 1735-50.

Rhodes, G. (2006). The evolutionary psychology of facial beauty. Annu. Rev. Psychol.57, 199-226.

Shackelford, T. K., & Larsen, R. J. (1997). Facial asymmetry as an indicator of psychological, emotional, and physiological distressJournal of personality and social psychology72(2), 456.




Francisco Campos Maya




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