jueves, 10 de mayo de 2018

COMPORTAMIENTO HÁPTICO Y PODER: LA MANO DE PUTIN


Cuando estamos en nuestro territorio, con nuestras pertenencias y con la distribución que nosotros mismos hemos decidido, nuestros movimientos se relajan, nuestra postura se expande, tomamos los objetos casi sin conciencia y a nuestro antojo. Todo lo contrario si nos encontramos en territorio ajeno, donde limitaremos la velocidad, el descaro y la expansión de nuestra gestualidad y movimientos corporales. Si entramos en la consulta del médico, o en el despacho de la directora del departamento, seguramente colocaremos nuestro abrigo sobre nuestro regazo, no sentaremos con las piernas juntas e iremos con cuidado de recostarnos sobre el respaldo de la butaca.
Sin embargo, cuando estamos en nuestro despacho, posiblemente lleguemos a poner los pies encima de la mesa, además de haber dejado el abrigo en la primera silla que tengamos a mano. Lo mismo si somos los directores de la empresa, pues caminaremos a nuestro antojo allá por donde consideremos necesario, sentándonos como si estuviésemos en nuestra casa.  

Lo mismo sucede en referencia a las personas: a aquellas personas con las que tenemos cercanía, confianza o que, simplemente, se sitúan por debajo de nuestro estatus (subordinados, usuarios, pacientes, etc.), tenderemos a tocarlas con soltura y sin temor. Por el contrario, a nuestros superiores jerárquicamente lo evitaremos o seremos muy cautos a la hora del contacto físico. 

De esta forma, nuestro cuerpo comunica el grado de familiaridad, de control y poder que tenemos sobre el espacio, las personas y los objetos. Aunque, por otra parte, nuestro cuerpo también expresa nuestra energía vital y edad. Así, un adolescente exhibirá un comportamiento diferente si lo comparamos con un jubilado, teniendo en cuenta el hilo argumental expuesto.

A tenor de lo dicho, las siguientes fotografías expresan todo eso: poder, edad y familiaridad. Corresponden a los actos de juramento sobre la Constitución de la Federación de Rusia de las cuatro ceremonias de Inauguración Presidencial que ha protagonizado Vladímir Vladímirovich Putin. En ellas se puede observar la posición de la mano con la que jura el cargo como Presidente. En cada una de ellas se señala el porcentaje de votos obtenidos, así como la diferencia con las elecciones anteriores. La variable que se va a contemplar es la distancia entre el escudo metálico de la tapa de la Constitución y los dedos de la mano. También se muestra la mano de la Dimitri Medvédev, apadrinado y sustituido por Putin, como fotografía para comparar. 

La observación de la mano de Putin en su primer mandato y la de Medvédev, también en su primer mandato, evidencia una actitud de recato y prudencia a la hora de colocar la mano. 


Sin embargo, en el segundo mandato, con una subida notable del porcentaje electoral, la mano de Putin se sitúa encima del escudo con relieve ubicado en la tapa de la Constitución, no respetando el área de apoyo lógico y nítido para la mano.


En el tercer mandato, hay una pérdida de votos notable, con lo que la mano retrocede. 


En el cuarto, vuelve, quizá con menos energía (pues es 13 años mayor) a acercarse al escudo.


No hay investigaciones sobre el comportamiento de la mano sobre una constitución por parte de un presidente electo, pero si tratamos a ese libro como objeto, con algún o ningún propietario, cuanto menos comedido sea el comportamiento háptico y más expansivo, más poder y familiaridad siente la persona sobre ese objeto-idea, siempre y cuando la edad se lo permita. Tiene sentido pensar que si estamos encima de un objeto, posiblemente estemos por encima de lo que el objeto representa, además de sentirnos dueños de ambas cosas: el objeto y lo que representa.



BIBLIOGRAFÍA:
Hertenstein, M. J., Verkamp, J. M., Kerestes, A. M., & Holmes, R. M. (2006). The communicative functions of touch in humans, nonhuman primates, and rats: a review and synthesis of the empirical researchGenetic, social, and general psychology monographs132(1), 5-94.




Francisco Campos Maya



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