Evolutivamente, que nuestra emoción dirija nuestra atención es un avance de supervivencia insoslayable. Sin esta jerarquía de procesos, posiblemente, no estaríamos ahora aquí. Sin embargo, esta jerarquía puede ser también contraria a nuestros intereses.
Estamos intentando salvar una situación social que nos provoca un incremento de la activación y nuestros procesos atencionales pueden verse afectados negativamente. Esto sucede cuando tratamos de ocultar algo a los demás.
En el siguiente vídeo, elaborado a partir de https://www.youtube.com/watch?v=R7Ov3Gegx4s, además de las expresiones de preocupación y emoción negativa, de un incremento de gestos adaptadores (girar el bolígrafo) y un incremento en la tasa de parpadeo, indicadores de un incremento del arousal o activación, se puede comprobar como, por interferencias en la atención (pues la atención está en mantener una apariencia de tranquilidad), se enuncia una frase que no tiene sentido alguno, como estrategia distractora y de relleno, para cambiar el foco de atención. Es una estrategia fallida debido a la activación emocional que sufre, pero es lógico pensar que, en estas situaciones, las personas tratamos de llevar el foco hacia otra parte, aunque corramos el riesgo de equivocarnos.
La frase es la siguiente:
"PORQUE, A VECES, DIFUNDIENDO ESE TIPO DE COSAS, SE CONSIGUE, JUSTAMENTE, EL EFECTO CONTRARIO, QUE ES DIFUNDIR LAS NOTICIAS QUE PUEDEN PERJUDICAR A UN SUPUESTO RIVAL, YO CREO, POR TANTO, VAMOS..."
Y no tiene sentido ya que el efecto contrario nunca puede ser perjudicar a un rival, más bien lo contrario.
BIBLIOGRAFÍA:
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Francisco Campos Maya
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