Como aquí se habla de Comportamiento No Verbal, el asunto de las emociones tiene especial relevancia. Como era de esperar, una persona que cumple el objetivo propuesto, es una persona que va a estar alegre. Cuanto más duro haya sido el proceso, mayor alegría. Sin embargo, tal y como se comentó en el artículo sobre la Expresión Facial Dimorfa, una emoción excesivamente intensa puede resultar una amenaza para nuestro equilibrio emocional y mental. Por ello, es lógico ver llorar a la ganadora de los 100 metros espalda en cualquier Olimpiada. O gritar con rabia cuando se mete el gol del empate. Es decir, nuestra emoción real no se expresa tal y cómo cabe esperar debido a la alta intensidad de la misma.
En este mismo sentido, llamó la atención la expresión de Tristeza que mostraba Donald Trump, amortiguada con una sonrisa forzada, al salir al escenario tras saberse ganador de las Elecciones Norteamericanas.
Si nos fijamos bien en la parte superior de la cara, la AU1, elevación de la parte interior de las cejas, es la que señala la experiencia de tristeza en el nuevo presidente.Esta expresión dimorfa informa de la alta intensidad de su experiencia emocional de Alegría.
Otro aspecto que llamó la atención es el ofrecimiento de mano de Donald Trump a Mike Pence, su vicepresidente. Como vemos en las dos fotografías, tiende la mano en posición supina, que se asocia con la sumisión y el ofrecimiento. En este caso se entiende como una manera de estar a disposición de su vicepresidente.
Pero como observamos, Mike Pence no se acerca al nuevo presidente. Se queda quieto.
Esto se puede llegar a interpretar como una actitud de rechazo del vicepresidente hacia Trump.
Como se puede ver a continuación, en el último apretón de manos, posterior al comentado, el nuevo presidente corrige de forma gestual la posible falta de consideración de Pence, mostrando quién posee la dominancia, camuflándose en forma de muestra de alta emocionalidad masculina, quién es el que manda.
Francisco Campos Maya
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